Elon Musk arma un golpe de USD 97.000 millones a OpenAI - SoyFan

Elon Musk arma un golpe de USD 97.000 millones a OpenAI

Elon Musk arma un golpe de USD 97.000 millones a OpenAI

Elon Musk contra Sam Altman

Para la mayoría de las empresas emergentes, una oferta de compra cercana a los 100.000 millones de dólares es algo que hay que celebrar. Pero Open AI no es como otras empresas emergentes, y Elon Musk no es como otros compradores. El 11 de febrero, un consorcio liderado por el hombre más rico del mundo hizo una oferta no solicitada de 97.000 millones de dólares por los activos de la entidad sin ánimo de lucro que controla Open AI, el principal desarrollador mundial de modelos de inteligencia artificial. Musk, que ayudó a fundar la empresa, está en una disputa cada vez mayor con Sam Altman, el jefe de Open AI, por su transición a una estructura corporativa más ortodoxa y con ánimo de lucro, que, según Musk, sería una traición a su misión original de seguridad ante todo.

La oferta de Musk se entiende mejor como un spoiler. Open AI está recaudando cada vez mayores sumas de dinero para financiar la enorme cantidad de potencia informática que necesita para crear inteligencia artificial avanzada. Para ello, ha prometido a los inversores externos, de los cuales Microsoft, un gigante tecnológico, es el mayor, que obtendrán participaciones de capital en una empresa con fines de lucro, en lugar de la turbia negociación de propiedad que existe actualmente. Se están llevando a cabo negociaciones para determinar qué parte de esa nueva empresa recibirá la organización sin fines de lucro a cambio de ceder el control sobre el acuerdo actual.

Open AI rechazó rápidamente la oferta externa. En X, la red social de Musk, Altman publicó una contraoferta jocosa: 9.700 millones de dólares para “comprar Twitter”. “Open AI no está a la venta”, insiste Chris Lehane, portavoz de la firma. Eso refleja la posición de la junta directiva de la organización sin fines de lucro. Jill Horwitz, profesora de derecho en la Universidad de California en Los Ángeles, dice que el deber fiduciario de la junta es actuar en línea con el propósito legal de Open AI, que es construir una inteligencia sobrehumana que sea “segura y beneficie a toda la humanidad”. Eso puede darle más margen de maniobra para desviar la oferta.

Sin embargo, el público objetivo de Musk puede no ser la junta directiva. Es más probable que esté tratando de aumentar la presión sobre los fiscales generales de California y Delaware, donde se encuentra y está registrada Open AI. Sus abogados los han instado a que examinen el cambio en la estructura de propiedad de Open AI para garantizar que la organización benéfica ceda el control a un valor justo de mercado, y amenazan con una guerra de ofertas si no lo hacen. Los conocedores de Open AI piensan que es absurdo que los funcionarios de los dos estados se inclinen ante la voluntad de Musk, un aliado destacado del presidente Donald Trump. Pero, como dice Horwitz, tienen “una ley clara que aplicar”.

Por lo tanto, es posible que, incluso si las posibilidades de Musk de obtener el control de Open AI son escasas, su oferta complicará su futuro. Será más difícil justificar la valoración de los activos de la organización sin fines de lucro en menos de 97 mil millones de dólares si hay una oferta concreta por esa suma. Pero esa cifra significará que una parte menor del capital de la nueva empresa con fines de lucro quedará para inversores externos. Se informa que Open AI está en proceso de recaudar unos 40 mil millones de dólares de inversores, incluido SoftBank, un conglomerado tecnológico japonés. Musk puede estar esperando hacer descarrilar esos esfuerzos.

La oferta surge tras el revuelo provocado por el anuncio que Altman hizo el 21 de enero, junto con Trump, del “Proyecto Stargate”, un fondo de 100.000 millones de dólares respaldado por Open AI y SoftBank, entre otros, y destinado a invertir en centros de datos en Estados Unidos. Musk, a quien se le mantuvo en la sombra, se apresuró a argumentar que los patrocinadores no tenían el dinero (algo que ellos han negado).

“Creo que sólo está intentando frenarnos”, dijo Altman el 11 de febrero. “Lo siento por él. No creo que sea una persona feliz”. De hecho, Musk nunca está más feliz que cuando está en medio de una pelea.

Impacto de la oferta de Elon Musk sobre Open AI y el futuro de la inteligencia artificial

La reciente oferta de Elon Musk por Open AI no solo resalta su interés por apoderarse de un líder en inteligencia artificial, sino que también intensifica las tensiones en la industria tecnológica. A medida que Musk busca poner trabas a su competencia con xAI, la reacción de Open AI y su junta directiva serán cruciales para determinar su estrategia futura. La situación no solo podría afectar la valoración de Open AI, también puede influir en el horizonte de las inversiones en inteligencia artificial, marcando una pauta en la dinámica de control y estructura de propiedad dentro del sector.

Preguntas Frecuentes

¿Por qué Elon Musk hizo una oferta por Open AI?
Musk intenta desacelerar a Open AI ante su creciente competencia y busca ejercer control sobre el desarrollo de la inteligencia artificial, alineándolo con su visión de seguridad.

¿Qué significa la oferta para el futuro de Open AI?
Puede complicar las negociaciones para su nueva estructura corporativa y afectar la valoración de sus activos, desafiando así sus proyectos de recaudación de fondos.

¿Cómo ha reaccionado Sam Altman ante la oferta de Musk?
Altman ha desestimado la oferta y utilizado el humor en su respuesta, reafirmando que Open AI no está a la venta y que su enfoque seguirá siendo el de construir inteligencia artificial segura para la humanidad.

Un camino incierto hacia el futuro de la inteligencia artificial

A medida que el sector de la inteligencia artificial continúa avanzando, la situación entre Musk y Open AI pone de relieve tensiones inherentes y desafíos éticos en el desarrollo de tecnologías disruptivas. La competencia por obtener liderazgo no solo plantea preguntas sobre la gobernanza y la inversión, sino que también abre un debate sobre cómo las grandes figuras de la tecnología influencian y moldean la dirección del progreso. Este caso podría sentar un precedente para futuras interacciones en el ámbito de las empresas emergentes y sus controversias con magnates en tecnologías emergentes.

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