Vladimir Putin

Putin y Lukashenko: una nueva doctrina nuclear conmociona Europa

El presidente ruso, Vladimir Putin, se reunió este viernes con su aliado más fiel, el dictador de Bielorrusia, Alexander Lukashenko. Juntos escenificaron otra vuelta de tuerca en la escalada cada vez más agresiva del régimen de Moscú, empeñado en subir la apuesta ante la posible propuesta de paz de Donald Trump. Los dos autócratas firmaron un acuerdo de garantías de seguridad que, según sus palabras, permite la posibilidad de desplegar misiles balísticos hipersónicos Oreshnik en territorio del país vecino.

En respuesta a la petición pública del presidente bielorruso (que no es otra cosa que la propia voluntad del propio Putin), el presidente ruso concedió a su vecino ese despliegue. La elección de este misil con capacidad nuclear como arma de disuasión no es casual. Se trata de un desarrollo a partir del experimental RS26 Rubezh y ya fue probado recientemente contra la ciudad ucraniana de Dnipro, aunque con ojivas inertes y su rango de ataque, unos 6.000 kilómetros, amenaza directamente a todo el continente europeo, que es exactamente el destinatario del mensaje de terror que quiere lanzar Rusia.

Como si el mundo hubiera regresado a la Guerra Fría, los rusos vuelven a amenazar con poner sus lanzaderas de misiles en las fronteras del telón de acero. Además de destacar las cualidades «sin parangón en el mundo» de esos misiles «indetectables para los actuales escudos antimisiles occidentales y que pueden alcanzar todas las capitales europeas», Vladimir Putin subrayó que la clave «no es su potencial, sino su precisión».

Casi tres años después de la invasión a gran escala, los dirigentes rusos parecen estar cada día al margen de la realidad en su afán por reescribir el pasado. Ayer, Serguei Lavrov, ministro de Exteriores, dijo que Rusia no quiere atacar a nadie; fueron los Estados Unidos quienes atacaron a la Federación Rusa con las manos del régimen de Kiev.

Geopolítica y las Nuevas Amenazas en Europa

¿Cuál es el verdadero trasfondo de la reunión entre Putin y Lukashenko? Que Bielorrusia se comprometa a aplicar los mismos principios modificados por Putin en la doctrina nuclear rusa, es decir, que Rusia puede responder ante un ataque convencional con armas nucleares si compromete su propio territorio. Además, contempla la posibilidad de actuar con esos mismos misiles atómicos contra otro estado que agreda a Rusia sin armas nucleares pero que posea el apoyo de otro que sí cuenta con ellas. Esa descripción es como un traje a medida para Ucrania, que invadió parte de la región de Kursk en agosto de 2024 y que tiene permiso de Washington, París y Londres para lanzar sus misiles de largo alcance y defender así esas ganancias territoriales.

El documento firmado ayer contempla las obligaciones de ambos países en materia de defensa de la soberanía, independencia, integridad territorial y orden constitucional, además de garantizar la inviolabilidad del territorio y de las fronteras de la Unión Estatal Rusia-Bielorrusia. Putin aseguró que la Unión Estatal, que fue creada hace 25 años por Lukashenko y su equivalente en el Kremlin, Boris Yeltsin, aprueba una nueva doctrina militar que tiene en cuenta la «difícil situación internacional» y desglosa las medidas conjuntas para afrontar los principales desafíos y amenazas, informa Efe. A su vez, destacó que en el espacio común ya opera un sistema conjunto de defensa antiaérea y una agrupación militar regional.

Mientras tanto, Volodimir Zelenski anunció ayer que hoy asistirá a la reapertura de la catedral de Notre Dame, donde verá al presidente electo de EEUU, Donald Trump.

Bielorrusia ha estado implicada en la invasión a gran escala de Ucrania desde el principio, cuando permitió que las tropas rusas iniciaran la ofensiva desde el interior de su propio territorio. Putin aseguró que su país está dispuesto a defender Bielorrusia «con todas las fuerzas a su disposición», incluyendo las armas nucleares tácticas que Moscú desplegó en territorio del país vecino tras el comienzo de la guerra en Ucrania, como si Bielorrusia estuviera amenazada por alguien. Mientras tanto, la economía interna presenta cada día más signos de degradación. Las reservas de divisas del gobierno ruso han caído a su nivel más bajo desde 2008.

¿Qué significa esto? El cofre de reserva que el Kremlin recaudó durante más de 10 años para iniciar la guerra a expensas de los excedentes presupuestarios de materias primas está a punto de agotarse, igual que los viejos blindados soviéticos, rescatados del óxido para combatir en Ucrania. Hasta la fecha, Rusia ha perdido 3.600 carros de combate y otros 7.000 blindados de diversos tipos, cifras que solo se han visto en la Segunda Guerra Mundial.

El director del mayor banco de Rusia, Sberbank, Serguei Ignatev, aseguró ayer: «La situación es complicada. Varias industrias se verán en una situación difícil. Los bancos se verán en una situación difícil. Volver a crecer será muy difícil. Hay peligro de estanflación». Los misiles nucleares son los árboles que Putin usa para que no se pueda ver el bosque.

Reflexionando sobre el Progreso Geopolítico y sus Consecuencias

La reunión entre Putin y Lukashenko no solo muestra un reavivamiento del aislamiento y de la retórica de guerra fría, sino que también indica un cambio significativo en la dinámica de poder en Europa del Este. La alianza bélica entre estas dos naciones podría tener consecuencias duraderas, no solo en la guerra en Ucrania, sino también en el equilibrio de fuerzas a nivel global. Mientras las economías enfrentan enormes desafíos internos, la escalada en el desarrollo de armamento nuclear y una retórica agresiva podrían provocar un repensar crítico de las estrategias de defensa y política exterior por parte de los países europeos y sus aliados.

Preguntas Frecuentes

¿Qué acuerdo firmaron Putin y Lukashenko?
Firmaron un acuerdo de garantías de seguridad que incluye la posibilidad de desplegar misiles balísticos hipersónicos en territorio bielorruso.

¿Cuáles son las implicaciones de este despliegue de misiles?
El despliegue de los misiles hipersónicos amenaza a toda Europa, dado su rango de ataque de 6.000 kilómetros, intensificando la tensión geopolítica en la región.

¿Cómo afecta esta situación a la economía rusa?
La economía rusa está mostrando signos de degradación, con reservas de divisas en niveles mínimos y una advertencia de estanflación por parte de expertos financieros.

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