Era una ocasión para la alta política. La espectacular ceremonia de reapertura de la catedral de Notre Dame en París reunía a algunos de los principales líderes mundiales, dispuestos a no perderse uno de los grandes acontecimientos del año. Donald Trump fue el gran protagonista, recibiendo el saludo de importantes líderes como Emmanuel Macron y Volodímir Zelenski. Su influencia se hizo sentir incluso antes de su investidura el 20 de enero, comportándose como si ya estuviera en el poder. A través de las redes sociales, Trump descartó la participación de EE.UU. en los acontecimientos en Siria, afirmando que no es nuestra lucha. En la catedral, además de los líderes europeos, su esposa Jill Biden ocupaba un segundo plano en los saludos y ceremonias.
Faltan aún seis semanas para su investidura, y el presidente electo estadounidense ya se comporta cada vez más como si estuviera en el poder, especialmente en el escenario internacional. Desde París, declinó que Estados Unidos participara en lo que ocurre en Siria: “EE UU no debería verse metido en esto. No es nuestra lucha. Dejemos que se resuelva solo.” Hasta el momento, también ha exigido al grupo radical palestino Hamás que libere a los rehenes israelíes en Gaza o “pagarán un precio muy caro”. Ha despachado a su enviado para Oriente Próximo para mantener conversaciones sobre Gaza, recibiendo el aliento de la Administración entrante para lograr un acuerdo antes incluso de asumir el cargo.
Su anuncio de imponer aranceles del 25% contra México y Canadá y un 10% a China por el tráfico de fentanilo provocó rápidamente reacciones, incluyendo una llamada de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, y una visita del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, a su residencia en Florida. Mientras tanto, la figura de su predecesor, Joe Biden, se desdibuja cada vez más.
Una transición presidencial inusual y sus implicaciones globales
Trump, antes de asumir oficialmente la presidencia, ya está tomando decisiones y manteniendo conversaciones que podrían tener repercusiones importantes en la política global. La forma en que interactúa con líderes internacionales va más allá de las normas tradicionales de respeto y protocolo que suelen regir durante las transiciones presidenciales. Su enfoque directo y su estilo provocador están configurando una narrativa que podría desafiar el statu quo en varias áreas.
Preguntas frecuentes
¿Cómo está manejando Trump su transición presidencial sin aún asumir el cargo?
Trump se está comportando como un presidente en funciones, haciendo declaraciones y tomando decisiones sobre temas internacionales que tradicionalmente esperan a que asuma el cargo.
¿Cuál ha sido la reacción internacional ante el comportamiento de Trump?
Algunos líderes están buscando colaborar con él anticipadamente, mientras que otros observan con preocupación su enfoque directo y sus advertencias, especialmente en relación a conflictos en Oriente Medio.
¿Qué impacto podrían tener las acciones de Trump en la política estadounidense y global?
Sus intervenciones podrían cambiar el equilibrio de poder entre Estados Unidos y otros países, afectando alianzas existentes y generando tensiones en varios frentes, incluido el comercio y la política internacional.
Un futuro incierto pero con determinación
El recelo sobre cómo se desarrollará la administración de Trump y su enfoque hacia otros países genera un ambiente de expectativa y tensión. A medida que se aproxima la fecha de su investidura, el mundo observa con asombro y preocupación, esperando con ansias ver si Trump cumplirá con sus promesas de reestructuración en un momento crucial de la historia política. Esto no solo marcará el inicio de un nuevo capítulo para EE.UU., sino también para el equilibrio global en un contexto de crisiss y relaciones internacionales cambiantes. La presión sobre su liderazgo y la efectividad de su administración en cumplir con sus promesas es altísima, dada la naturaleza polarizada de la política estadounidense actual.