Joe Biden

Cumbre del G-20: Lula en medio del efecto Trump y retos globales

La Cumbre del G-20 que comienza este lunes en Río de Janeiro fue pensada y organizada para un mundo que ya no existe. Cuando el Gobierno de Lula da Silva decidió el diseño y prioridades de este encuentro, con énfasis en lo social, la lucha contra la pobreza y el hambre, así como un impuesto a los superricos, Donald Trump estaba en cuarteles de invierno, Javier Milei veía muy lejos el poder y Elon Musk aún no había matado a Twitter para estampar la X con que quiere dominar el mundo.

Hoy todo es al revés: Trump arrasó en las elecciones estadounidenses y tomará el control de la primera potencia mundial el próximo 20 de enero, Milei ganó las elecciones argentinas y se mueve envalentonado en la escena internacional liberal-libertaria-conservadora, en tanto que a Musk ya no le basta con los coches eléctricos, las naves espaciales o las redes sociales: ahora es un actor político de primer orden mundial. Por eso, se permitió reírse en la cara de Volodimir Zelenski, presidente de un país aliado de Estados Unidos e invadido desde hace casi tres años por Rusia.

"Con nosotros no funciona eso de ‘siéntense y escuchen’. Somos un país independiente", declaró Zelenski, a lo que Musk respondió con una demoledora frase: "Su sentido del humor es increíble". Musk, quien ocupará un cargo clave en la nueva Administración Trump, participó en una reciente conversación del presidente electo con Zelenski y parece apostar por la solución de que Ucrania ceda territorio. Y eso, tratándose de un G-20 en Brasil, es una notable paradoja, ya que Lula lleva dos años sugiriendo la misma salida, enfureciendo a Zelenski en el proceso. Ver al presidente brasileño coincidir indirectamente con el magnate sudafricano es una anomalía, considerando que ambos se detestan: Lula acusa a Musk de no respetar las leyes de un país soberano, mientras que Musk, cuya red social X fue bloqueada por la justicia brasileña durante semanas, lo tilda de "dictador".

En ese contexto, Joe Biden llegará a una Río de Janeiro tan lluviosa como vacía: el Gobierno decretó festivo hasta el miércoles, intentando así garantizar la máxima seguridad en una ciudad compleja en ese aspecto. Soldados y policías patrullan las calles y playas, mientras buques militares custodian las aguas circundantes.

El aún presidente estadounidense es uno de los símbolos del G-20 en transición, desfasado del mundo que le toca vivir. El otro es el canciller alemán, Olaf Scholz, cuyo gobierno se acaba y que difícilmente se mantenga en el poder. Dos días después de la estrepitosa derrota de Kamala Harris, Biden y Trump conversaron por teléfono, y la síntesis que ofreció el Gobierno estadounidense no podría ser más significativa: "El presidente Biden felicitó al presidente Lula por el éxito de la presidencia brasileña del G-20 y destacó los progresos realizados en la promoción de los derechos de los trabajadores y la lucha contra el hambre y la pobreza".

Es decir, la nada misma. La visita de Biden es una despedida de la escena política mundial y poco más, porque cualquier cosa a la que se comprometa el veterano líder es, en realidad, papel mojado: el poder real está ya en la fastuosa residencia de Mar-a-Lago.

Aunque Trump no esté presente en el G-20, bien puede decirse que Milei hablará en su nombre. Es tan cierto que Argentina no es un protagonista de primer orden de la alta política mundial como que el país cuenta con enormes recursos de alimentos y energía, además de una silla permanente en el Grupo de los Veinte. Pero a esto se suma el hecho de que Milei es un hombre de suerte: su improbable aventura ultraliberal-libertaria-conservadora cuenta ahora con el apoyo enfático de la primera potencia mundial. Días atrás, en Florida, la foto que compartieron Musk, Milei y Trump fue un anticipo de los tiempos que se avecinan. En lo que respecta al G-20, esto supone un verdadero dolor de cabeza para Lula, cuya esposa, Janja, le dedicó este sábado un "fuck you, no te tengo miedo" a Musk.

"El Gobierno brasileño observa con preocupación la actuación del presidente argentino y, por ahora, guarda silencio. El interés es seguir cooperando", señaló en estos días O Globo. "Los funcionarios brasileños temen que Milei pueda hacer propuestas a Bolsonaro durante su visita".

Que el nombre de Jair Bolsonaro surja no es casual. El ex presidente, inhabilitado políticamente hasta 2030, expresó recientemente su esperanza de que el cambio en Estados Unidos influya para que él compita en las presidenciales de 2026. Nadie tiene claro en qué basa esa idea, pero da una impresión del impacto del regreso de Trump. Bolsonaro es también aliado de Musk, pero se cuida ya de definir como "dictadura" al Gobierno de Lula, ya que una declaración de ese tenor podría complicar aún más su situación con la justicia.

Milei y Lula, presidentes de los dos mayores países de Sudamérica y del Mercosur, no tienen prevista reunión alguna. No se hablan ni se hablarán, aunque no hay dudas de que Milei – "mi presidente preferido", asegura el argentino que le dijo Trump – aprovechará el plenario de presidentes del martes para lanzar algo parecido, aunque perfeccionado, a lo que dijo en febrero en el Foro Económico Mundial de Davos: hay que salvar al mundo del socialismo, y para esa misión no sirven las organizaciones internacionales, empezando por las Naciones Unidas (ONU), una "manga de burócratas globalistas" que gastan dinero y no solucionan nada. Eso queda reflejado en las últimas e insólitas votaciones de Argentina en la ONU: mientras que Teherán se abstuvo, Buenos Aires fue la única capital en votar en contra de la resolución que insta a acabar con la violencia contra mujeres y niñas.

Emmanuel Macron cenó este sábado con Milei en Argentina, acompañados por su esposa, Brigitte, y por Karina, la hermana del jefe de Estado anfitrión. El presidente francés tenía, entre sus misiones, moderar al argentino y encaminarlo hacia un mínimo consenso en Río de Janeiro, sede de un G-20 que pierde peso.

Impacto de la Cumbre del G-20: Nuevas Dinámicas Geopolíticas

La Cumbre del G-20 en Río de Janeiro representa un cambio significativo en el panorama geopolítico. Con la llegada de líderes que no están alineados con las antiguas normas mundiales y la consolidación de figuras como Milei y Musk, se evidencia un giro hacia enfoques más radicales en la política internacional. Esto podría desestabilizar alianzas tradicionales y redefinir la cooperación entre naciones, especialmente en el contexto de la lucha contra la pobreza y el hambre que Lula promovió como bandera del encuentro.

Preguntas Frecuentes sobre la Cumbre del G-20

¿Por qué se considera que la Cumbre del G-20 fue organizada para un mundo que ya no existe?
Se considera que la Cumbre del G-20 fue organizada para un mundo que ya no existe debido a la evolución drástica en el liderazgo y las prioridades globales, donde líderes como Trump y Milei reflejan ideologías distintas a las que fueron planteadas inicialmente por Lula.

¿Qué implicaciones tiene la participación de Musk en el G-20?
La participación de Musk en el G-20 implica que los líderes empresariales están cada vez más integrados en las decisiones políticas globales, lo que podría desviar la atención de problemas sociales urgentes que el encuentro buscaba abordar.

¿Cuál es la percepción del Gobierno brasileño respecto a Milei y su postura?
El Gobierno brasileño observa con preocupación la actuación de Milei y mantiene una postura cauta, ya que temen que Milei pueda hacer propuestas que puedan desestabilizar la situación actual entre Brasil y Argentina.

Movimientos Estratégicos en el Escenario Global

El G-20 en Río de Janeiro se convierte en un punto crucial para observar cómo las nuevas figuras políticas y sus estrategias pueden redefinir relaciones internacionales. La combinación de líderes con visiones divergentes, como Milei y Zelenski, y la influencia de actores no estatales como Musk, sugiere que el futuro de la cooperación internacional será más complejo y posiblemente conflictivo. Este encuentro no solo traza la agenda del G-20, sino que también establece nuevos precedentes sobre cómo se toman las decisiones en un mundo en constante cambio.

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